Gardel contra los zombis de Roberto Gárriz
Amanece en Poblado Echeverry. Es pleno invierno, hace más frío que el que dicen por la radio. Un hombre está sentado sobre un cajoncito de madera en el frente de su casa. Apoya la espalda contra la pared. Viste una camiseta de frisa, el pantalón del pijama y un par de pantuflas de cuero de carpincho. A su lado, echado, el perro. Quién sabe cuánto hace que están ahí afuera desafiando al clima y a la trasnoche que se retira vencida. Dentro de la casa, parada contra la pared al ladito de la puerta, lista para salir, la escopeta Browning del hombre, pero desde la ruta no se ve. |