La vida son dos días, entonces bésame de Roberto Emanuelli
La diferencia es que, con el paso de los años, la capacidad de sombrarse ante los monstruos y las maravillas va disminuyendo, se esfuma, sientes cómo se apaga en tus manos, en tu corazón, en la curva de tu sonrisa, cada vez más, bajo el peso del desencanto, de la desilusión…
|