Yo, Claudio de Robert Graves
Ahora no es bebedor de vino, como lo era antes. Se alegra con una bebida más fuerte: la sangre de los asesinados.
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Yo, Claudio de Robert Graves
Ahora no es bebedor de vino, como lo era antes. Se alegra con una bebida más fuerte: la sangre de los asesinados.
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Yo, Claudio de Robert Graves
He hecho muchas cosas impías —ningún gran gobernante puede hacer otra cosa—. He puesto el bien del Imperio antes de todas las consideraciones humanas. Para mantener el Imperio libre de facciones he tenido que cometer muchos crímenes.
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Yo, Claudio de Robert Graves
Yo, Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico, esto, lo otro y lo de más allá (porque no pienso molestarles todavía con todos mis títulos en este momento), conocido hasta hace poco por mis amigos y parientes como Claudio el idiota, o Ese Claudio, o Claudio el tartamudo, o Clau-Clau-Claudio, o como mucho, El pobre tío Claudio, me dispongo hoy a escribir la extraña historia de mi vida.
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Claudio el dios y su esposa Mesalina de Robert Graves
La mayoría de los hombres - tal es mi experiencia - no son ni virtuosos ni pillastres, ni buenos ni malos. Son un poco de una cosa y un poco de otra, y, durante mucho tiempo, nada: innobles mediocridades.
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Yo, Claudio de Robert Graves
De modo que soy emperador, ¿eh? ¡Qué tontería! Peró por lo menos ahora podré hacer que la gente lea mis libros.
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Dioses y héroes de la antigua Grecia de Robert Graves
La primera vez que Zeus le pidió a Hera que se casaran, ella lo rechazó, y continuó rehusándolo cada año durante trescientos. Pero un día de primavera, Zeus se disfrazó de desdichado cuclillo perdido en una tormenta y llamó a la ventana de Hera. Ella, que no descubrió el disfraz, dejó entrar al cuclillo, secó sus húmedas plumas y susurró: «Pobre pajarito, te quiero». De repente, Zeus recobró su auténtica forma y dijo: «¡Ahora, tienes que casarte conmigo!».
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Yo, Claudio de Robert Graves
Hay dos maneras diferentes de escribir la historia: una es persuadir a los hombres a la virtud y el otro es obligar a los hombres a la verdad.
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La guerra del fin...