Sangre turbia de Robert Galbraith
Después de que le volaran la pierna en Afganistán, Joan, llorosa junto a su cama de hospital mientras él intentaba enfocar la mirada para verla a través de una niebla de morfina, le había dicho '" Pero ahora ya estás bien. No te duele ". Strike quería mucho a su tía, que había cuidado de él durante largos períodos de su infancia, pero ahora estar con ella le producía una inevitable sensación de asfixia. Sus malabarismos dialécticos para negar o ignorar verdades incómodas lo fatigaban cada vez más
|