El canto del cuco de Robert Galbraith
—La cuestión es que empujar a alguien desde esa altura no garantiza su muerte —le explicó Strike a Robin mientras echaba una mirada al balcón que estaba encima de ellos. —Ah... ¿seguro? —protestó Robin considerando la terrible caída entre el balcón superior y la dureza de la calle. —Te sorprenderías. Pasé un mes en una cama junto a un tipo de Gales que había salido volando de un edificio desde esa altura, más o menos. Se destrozó las piernas y la pelvis y tuvo muchas hemorragias internas, pero sigue entre nosotros. Robin se quedó mirando a Strike preguntándose por qué habría estado un mes en una cama, pero el detective era ajeno a aquello mientras miraba con el ceño fruncido la puerta de la calle. |