La rebelión de la reina de Rebecca Ross
No estaba aquí porque lo merecía; no estaba aquí porque rebosaba de talento y capacidad como las otras cinco ardenes. Pero quizás eso hacía que deseara aún más probar que la pasión no era algo que se tenía por naturaleza como algunos creían, sino que cualquiera podía ganársela, ya fuera un plebeyo o un noble, incluso si no tenían una habilidad intrínseca para ello.
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