Superado un tumor cerebral, el autor madrileño se volcó en 'Cualquier verano es un final', una novela con ritmo de 'saudade'.
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Superado un tumor cerebral, el autor madrileño se volcó en 'Cualquier verano es un final', una novela con ritmo de 'saudade'.
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El escritor madrileño publica 'Cualquier verano es un final' (Alfaguara), novela sobre la amistad y la muerte en la que vierte sin dramatismo, más bien al contrario, su experiencia con un tumor cerebral y las secuelas que le dejó.
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Cualquier verano es un final de Ray Loriga ¿Cómo llegué a este libro? Era una de las novedades y me había gustado “Sábado y domingo” del mismo autor, publicada en 2019. Había escuchado una entrevista de Ray en la que contó que la novela surgió en un hospital. Le detectaron un tumor cerebral y esto le obligó a pasar mucho tiempo ingresado. Tres personajes principales: Luiz (portugués, que ha decidido irse a Suiza y morir el día que desee), Yorick (editor de clásicos ilustrados, acaba de salir del hospital, mejor amigo de Luiz) y Alma (ilustradora, compañera de Yorick y enamorada de Luiz). Localizaciones: Arroyo de la miel (Málaga), Madrid, Suiza, Nueva York, Carvalhal y Lisboa (Portugal). Ficción. Temas que encontrarás amistad incondicional, amor, derecho a morir, libre albedrío. Reseña completa en mi blog: Enlace: https://www.cruzromon.com/cu.. |
Enterarte de que tu mejor amigo está pensando poner fin a su vida no es fácil de digerir. Entender los motivos, al principio, parece lo más importante. Buscar las causas también. Surge en ti la necesidad de hacer algo en contra de esa decisión, de remar a favor de la vida. No sería una mala meta si fuese del todo altruista. Pero lo cierto es que lo que no quieres por nada del mundo es quedarte solo de nuevo, aunque la gente no te guste demasiado. En lo que estás pensando realmente es en todo lo que te vas a perder: las risas, las tardes al sol, la sensación de tener algo por lo que vivir. Tú también, sí. No comprendes por qué no le llena lo que tiene. Por qué contigo no le basta. Tú, que todo lo tienes a su lado. Tú, que te quedarás sin nada y que, incluso así, solo quieres que sea feliz. |
Una forma tan personal de narrar que, pareciendo que no cuenta nada, lanza reflexiones profundas e inesperadas. Así es la prosa de Ray Loriga, la profundidad entre la cotidianeidad. Me quedo, especialmente, con la segunda mitad de novela. Poco más que decir... |
El escritor madrileño publica 'Cualquier verano es un final' (Alfaguara), novela sobre la amistad y la muerte en la que vierte sin dramatismo, más bien al contrario, su experiencia con un tumor cerebral y las secuelas que le dejó.
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En este libro el autor divaga. Divaga mucho y durante mucho tiempo. Es complicado seguir el hilo si no estás completamente y al 100% sumergido en lo que estás leyendo. Los capítulos son muy largos, sin pausas. No quisiera desmerecer la obra, en absoluto. Trata temas muy importantes e interesantes. Hablamos de amistad y muerte. Lo primero es esencial para la vida y lo segundo es la vida misma ya que sin muerte no existe vida. Me estoy poniendo filosófica... Aunque quizás, aquí, el problema, mi problema ojo al dato, ha sido la extensión. Han sido 241 páginas que, si hubieran quedado en menos, me hubiera resultado todo más intenso y más necesario. He sentido que, aunque la vida es así, es divagación y el pasar de los días, los recuerdos, la monotonía y el click que la desmorona, no era necesario tanto recuerdo aunque el protagonista y yo no estemos de acuerdo ya que él sí lo considera necesario, dicho por él mismo. Dicho sea de paso, con el que no he congeniado demasiado. ¿Es posible sentirse por un personaje de ficción? Pues así me he sentido. Quizás es que sí que me he puesto en la piel de otro de los personajes pero el cual no parecía ser de mi misma opinión. Por otro lado he sentido que era un final demasiado abierto. Como si no hubiese un final. La lectura es ligera pero con poco diálogo a excepción de algunos capítulos, en especial, hacia el final. ¿Ha sido para mí? No. ¿Lo recomiendo? Sí, que no haya sido para mí no quiere decir que no vaya a ser para ti. Si disfrutas de este tipo de libros, no lo dudes. + Leer más |
Cualquier verano es un final narra un tema con tantas aristas éticas y existenciales como jurídicas: el suicidio asistido y el derecho a decidir. Ray Loriga indaga en la muerte, la enfermedad y la finitud, y aborda una cuestión controvertida desde un tenue sentido del humor que linda con el absurdo y una escritura de aparente ligereza que avanza a través de frases de una concisión aforística. El estilo que el autor ha ido construyendo a lo largo de su trayectoria actúa aquí como perfecto contrapunto de un tema que, en sus manos, se desprende de todo dramatismo sin perder por ello hondura ni matices. La novela, a su vez, narra los encuentros, desequilibrios y ambigüedades de una amistad que se confunde con el amor. La mirada sobre los otros y nosotros mismos, la construcción del objeto amoroso y cómo la vida puede orbitar en torno a él son otros de los hilos que se despliegan en una historia que navega entre la juventud perdida y una madurez atravesada por fracasos, la sombra de la mediocridad, una renuncia silenciosa a la hiperproductividad y la sensación de incomodidad en un mundo donde no se acaba de encontrar un lugar propio. De las empinadas calles de Lisboa a la apacible sencillez de un pueblo costero portugués, pasando por Nueva York, Santo Domingo o Venecia, el relato de Yorick nos conduce por una variada geografía en la que risas, remordimientos, deseo y celos se entrelazan en una rueda que no se detiene. Mención aparte merece el perfecto paisaje suizo que recibe al protagonista cuando visita a Luiz en la residencia, una escena en la que suenan ecos de La montaña mágica, de Thomas Mann, y el encuentro entre Hans Castorp y su primo Joachim en aquel sanatorio que, como las cabañas con vistas al lago Constanza, parece estar fuera del mundo. Ray Loriga nos traslada a un presente donde se respira también un cierto aire de decadencia, y con la ironía y la destreza propias de un escritor que sabe ejercer su oficio con rigor se asoma a una realidad contemporánea bautizada por algunos como turismo de la muerte. Lejos de anclar en lo macabro o lo crepuscular, sin embargo, Cualquier verano es un final nos habla de la voluntad de morir y del paso del tiempo celebrando la vida y los días de verano que aún quedan por disfrutar. El narrador de esta historia, rebautizado por su padre con el nombre del bufón de la corte de Hamlet a cuyo cráneo le habla el príncipe danés, dirige una colección de clásicos atípicos ilustrados para niños, un proyecto que inicia gracias a la herencia que le deja una tía, y que ahora forma parte de un gran grupo editorial. Sus ambiciones no son muchas y la mediocridad lo sobrevuela, pero pese a haber estado varias veces al borde de la derrota moral y física, Yorick sabe ponerse otra vez de pie y continuar adelante con un apego a la vida que lo empuja, irónicamente, a fantasear con su suicidio para disuadir a su mejor amigo de querer morir. + Leer más |
Un gran título el de esta obra, y con ella también acaba el libro, es la última frase en la conversación final que sostienen los amigos y protagonistas Yorick y Luiz. Y es que Cualquier verano es un final, en realidad, es el preludio de un fin. Ray Loriga, un escritor, también guionista y director de cine, tras superar un grave problema de salud, nos presenta esta obra, donde encontramos a raudales , el amor, la amistad, la vida , también la muerte, la obsesión y los dilemas morales. Y la verdad es que es muy importante, aparte de la historia que nos cuenta y nos mantiene expectantes, el cómo nos la presenta y nos la cuenta, ahí está la clave, porque esos temas que parecen contradictorios se unen, parece que nos hable de amistad pero nos habla de amor, también la vida bien vivida aparece en todo su esplendor, pero la muerte nunca deja de estar presente, La obsesión se visualiza aunque también nos trae consigo la ternura, la delicadeza, la admiración y el poderoso amor. Son temas que siempre nos marcan, pero en ellos también se desliza el humor con escenas llamativas, diálogos muy imaginativos, diversión y sonrisas. Y es que el humor puede servir como contrapunto con el fin de aligerar la tensión y las presiones de la vida. Y todo ello se mezcla en una historia poderosa, profunda e impactante en la que la reflexión sobre el derecho a escoger libremente cuando morir dignamente y de forma asistida, nos sobrecoge, aunque lo comprendamos. El narrador es Yorick, un protagonista que ha sufrido una operación de vida o muerte por un tumor cerebral. en este sentido, el autor, Ray Loriga comenta en una entrevista que le ha prestado al personaje esta operación, que él sufrió hace tan solo tres años y como resultado, decidió escribir esta novela en la que sus protagonistas, Yorick y Luiz , están continuamente dándole vueltas a la muerte. Una vez superada la operación y encontrándose mucho mejor, el protagonista y narrador, Yorick, será el encargado de acompañarnos en esta intrincada novela de amistad, amor y humor hacia su amigo Luiz, el otro gran protagonista, un personaje divertido, amable y absolutamente sano pero que desea morir antes de envejecer, y para eso intentará conocer el lugar tan especial en Suiza ,donde poder hacerlo de forma asistida, con tranquilidad y sin sufrimiento ni dolor. Mientras tanto , el narrador, Yorick, nos intenta relatar momentos importantes en la vida de ambos, cómo se conocieron en New York , cómo se hicieron amigos, sus juergas, sus viajes y también algunas de sus conversaciones. Y es que Yorick lo busca incansablemente cuando se entera de su tremenda decisión. Yorick nos habla de su trabajo como editor de libros ilustrados y también del paso del tiempo , Luiz, se dedica sobre todo a viajar por diferentes ciudades del mundo, playas, fiestas. Sus hermanos llevan la gran empresa de sus padres en Lisboa y hasta allí también los acompañaremos, Yorick lo busca , lo encuentra y disfrutan de un verano que todavía les queda por disfrutar antes que llegue el invierno y donde juntos brindan por la vida. Una verdadera amistad que no muere, una amistad que se mantiene a pesar de separaciones y es que esta amistad en la que evidentemente, también hay amor, ha sido siempre mucho más tratada entre mujeres, es más raro encontrarla en hombres , pero aquí la tenemos, y con ellos un personaje femenino, una mujer, Alma, la ilustradora y compañera de Yorick en el trabajo, también les une la amistad, pero ella está enamorada de Luiz. En realidad, el triángulo amoroso es una de las claves de la novela. Al final será Alma el contrapunto perfecto para la finalización de la historia. Narrada con estilo, y agudeza, con muchas referencias al cine, a la música, al cómic y sobre todo, prevaleciendo el monólogo interior y pocos momentos dialogados, ha logrado, en mi caso, mantener la atención y el interés. Un libro que invita a la reflexión constante. + Leer más |
Ray Loriga nos presenta una novela con temas interesantes. Un hombre adulto que decide morirse y su mejor amigo que intenta comprenderlo para evitar que de ese paso. Ray Loriga escribe bien, pero ni siendo bueno en el arte de la escritura, ni con un tema que da para mucho ha logrado captarme. Y es que el autor se va por los cerros de Úbeda cada dos por tres, con un personaje cínico, sin grandes aspiraciones, con un sentido del humor algo cansino y con un amor hacia su amigo que roza la obsesión y es debido a que es su única amistad. No me ha convencido y me ha resultado difícil de leer. |
Éste no es el tipo de libro que yo suelo leer, pues soy más dado a la fantasía y la ciencia-ficción; pero de tanto en tanto "dejo caer" alguna historia contemporánea y dramática entre mis manos. Si bien esta historia (o mejor dicho "historias") no me ha cautivado demasiado, sí lo consigue el estilo narrativo de Ray Loriga ya que en muchas ocasiones "el libro" es más el cómo está escrito que la historia en sí; la narrativa es buena, los personajes y la ambientación (¡genial Manhattan!) también, a mí sólo me falla el género. |
Lee Héroes si quieres terminar con una lista de música de rock and roll para escuchar, con frases que te dejan sobrecogido, con un listado de sueños por cumplir... Esta lectura puede no ser del gusto de todo el mundo, pues es un libro con capítulos cortitos, apenas sin diálogos que relata en primera persona la vida de un chico que quiere ser una estrella de rock. No está relatado de forma cronológica ni coherente, para mí ha sido más como imaginarme qué estaba sucediendo y por qué y sobre todo disfrutando de las alusiones musicales tan variadas. |
Bueno, la historia es extraña en sí misma, quizás porque es la primera obra del autor, quizás debería haber empezado por otra, no sé. Digo que es extraña porque más que una historia en la que cuenta la vida del protagonista, parecen sus pensamientos, su vida relatada pero de forma desordenada y caótica. El caso es que engancha porque quieres saber qué va a ocurrir y cómo va a terminar. La forma de narrar me ha gustado, muy fresca, pero la historia, no sé, al ir de un tiempo a otro sin orden despista un poco. Lo bueno es que no era muy largo y se lee rápido. Creo que le daré otra oportunidad.
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“Se obedece porque conviene y se duda porque se piensa. Y si una cosa salva la vida la otra parece salvar el alma.” Decía el jurado que le otorgó el premio Alfaguara que Ray Loriga había construido “una fábula luminosa sobre el destierro, la pérdida, la paternidad y los afectos”. Y es cierto que hay destierro, que hay paternidad y que hay afectos, tan cierto como que ellos y yo no hemos leído la misma novela. El punto esencial de la novela, muy por encima de cualquier otra cosa (como por ejemplo, la forma en la que libremente exponemos cada vez más toda nuestra vida en un escaparate global y lo que ello puede conllevar de control social, de marginación del diferente), es la naturaleza del ser humano y, en torno a ello, una pregunta más que interesante: ¿hasta qué punto estaríamos dispuestos, de ser tal elección posible, a dejar de ser nosotros mismos en beneficio de una mayor felicidad?, y su corolario: ¿en qué punto de esa cesión podemos hablar de rendición, si así consideramos el caso? “Es curioso comprobar cómo se echan de menos sensaciones que no son buenas, pero a las que uno se ha acostumbrado, y cómo sin miedo alguno se duerme bien pero se levanta uno extraño. De tanto acostarme cada noche sin temor me iba yo pareciendo a mí mismo otra persona, alguien en quien no podía confiar del todo” Por el contrario, sí estoy de acuerdo al destacar como uno de los temas del relato el de la pérdida, aunque no sé si el jurado y yo coincidimos en aquello que se ha perdido. De lo que no tengo ninguna duda es que, efectivamente, se trata de una fábula. No creo que el autor pretendiera crear una distopía, si entendemos como tal a sociedades que entran dentro de lo posible. Como el mismo autor comenta en una entrevista, cuando escribía la novela tenía más en mente relatos del tipo “Los viajes de Gulliver” que el famoso 1984 con la que a menudo se la compara, aunque a mi entender existen más paralelismo con “Un mundo feliz”. “¿Es suficiente con que te pongan la comida en el plato para soportarlo todo?” Y es que de un mundo feliz es de lo que nos habla Loriga, aunque sea una felicidad construida a costa de perder nuestra individualidad y hasta nuestra naturaleza. Y esta es la parte interesante de la novela, la segunda, mientras que la primera me ha interesado menos: una sociedad en una guerra permanente e inexplicable, con una economía precaria en la que cada uno va a lo suyo, en la que las deslealtades y las traiciones son más habituales y menos sorprendentes que los actos de solidaridad, en la que las balanzas de poder se asientan en necesidades básicas como el agua o una pistola. “Sabía que es mejor aceptar señor que andar suelto.” En conjunto es una novela entretenida, que se lee en dos ratos, literalmente, y que da para muchos más ratos de reflexión. No obstante, y aun teniendo en cuenta que en una fábula caben muchas libertades, la historia previa del protagonista no me ha parecido un cimiento lo suficientemente sólido sobre el que construir su rebeldía final y me resulta curioso que, por contraposición, el autor eligiera justamente a aquellos con una mayor cultura como los más predispuestos a la rendición. Algo parecido puedo decir de la imagen final. Entiendo el simbolismo que contiene, y aun así me ha parecido surgida de la nada en busca de un efectismo que cerrara de forma impactante el círculo que empezó con la frase inicial de la novela: “Nuestro optimismo no está justificado, no hay señales que nos animen a pensar que algo puede mejorar.” Por último, pero en realidad lo más importante, la voz narradora, la del protagonista, con su fría sencillez de hombre poco instruido no me ha parecido lo suficientemente potente como para echarse a las espaldas todo el relato. + Leer más |
Es un libro con una trama interesante. El argumento principal es una crítica hacia la sociedad moderna, donde la privacidad ya no existe al estar expuestos públicamente en las redes sociales.
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Diálogo fluido hecho novela que nos muestra una sociedad utópica pero cercana a la realidad actual. Esta es una novela para reflexionar, que atacando temas profundos, lo hace de una manera que parece sencillo.
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Me encanta la forma de escribir que tiene Ray Loriga. Leí una vista previa de Rendición y decidí que sería el siguiente en mi lista porque no podía parar de leer. La novela es una original e inquietante metáfora –o quizás distopía sería más acertado– de la sociedad: ¿Qué pasaría si fuésemos una sociedad transparente? Una donde vemos constantemente lo que hacen los demás, nadie tiene nada que esconder y las decisiones son cosa de todos. Loriga nos invita a reflexionar sobre el poder, la manipulación, la obediencia, los extremos... Muy interesante. |
Rendición es una estupenda novela que necesitó 3 años de trabajo y que formaliza muchas cosas: una distopía a penas de ciencia-ficción porque bien pudiera ocurrir desde ya en nuestro tiempo, una fábula llena de metáforas, un retrato social espeluznante de verdad anticipadora, una novela filosófica, una obra de reflexión con mucho humor que nos hace cuestionarnos sobre nuestra supervivencia personal. Es un relato a la primera persona. En un país en guerra, los ciudadanos deben evacuar sus comarcas y agruparse en una ciudad transparente (« la ciudad de cristal ») donde todo ha sido pensado para ellos, donde se les da todo y donde la felicidad es obligatoria. No hay cuestionamientos, no hay libertad, no hay otra posibilidad que de seguir el molde. Y clavo que sobresale…se le cuelga cabeza abajo a la entrada de esta ciudad perfecta. Los protagonistas son él y ella (no tienen nombre). Ella enviudó y se casó con su capataz a quien educó y refinó cuanto pudo. Tuvieron dos hijos, hoy en día en la guerra y no tienen noticias. Al momento de dejar la comarca e incendiar la casa familiar para no dejar aprovechamiento a los que vendrán después, aparece un niño de unos 9 años, mudo y herido que ellos acogen, cuidan y se lo llevan como un hijo más. Ellos vivirán años de conformismo hasta que él se cuestionará y tomará una decisión importante. El final es sorprendente. Una noción interesante y muy pertinente en el libro. Aquella de los « dueños del agua », o sea, de la gente rica que es la que controla el suministro de agua. Lo que me lleva a pensar en un tema recurrente que vengo leyendo de tiempo en tiempo : la tercera guerra mundial será por el agua. Un componente tan básico para la vida del planeta que podría escasear y entonces…la apocalipsis. Un libro diferente, interesante, escrito de una manera perfecta, liviana y con humor y que obliga al cuestionamiento y a la reflexión. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
Esta es una historia contada de carretilla, como el cuentacuento que ni respira entre una oración y otra, como si hacer una pausa fuera a hacer que se le olvidara el texto. No hay diálogos, la historia esta despersonalizada, hay pocos nombres, pero uno entiende perfectamente la trama y lo que más llama la atención es que a pesar de los largos circunloquios y la escasez de dialogo, la novela es fluida y dinámica; claro ayuda que sea corta. Considero que la novela (muy corta por cierto como ya dije) trata de la esperanza de ir hacia un futuro mejor o de volver al pasado conocido. A medida que avanza se va haciendo cada vez más angustiosamente triste, dejar atrás todo lo conocido, inclusos seres queridos y empezar nuevamente, bajo nuevas reglas morales creo que debe ser difícil. No saber nunca que era adecuado pensar o si quiera si era adecuado pensar. El ritmo se fue haciendo cada vez más trepidante y crecía en mí el hambre de saber, ¿qué pasará ahora?, ¿qué pasará después? Justo antes del final el giro inesperado de la historia dejo perpleja y el final llego como un rayo…durante unos minutos me quede mirando la última frase “Uno tiene que saber cuándo su tiempo ya ha pasado. Y aprender a admirar otras victorias.” durante más tiempo del necesario, como si aquella verdad se resistiera a entrar en mi cabeza o como si simplemente yo no la creyera. Y justo con el punto final me llegó la grandeza de la historia. Hay momentos que me marcaron en la novela uno cuando el narrador dice: “…se obedece porque conviene y se duda porque se piensa. Y si una cosa salva la vida, la otra al parecer salva el alma.” Y el otro cuando dice: “Aunque ya teníamos permiso para hablar, no se me ocurrió nada que decir.” + Leer más |
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La edad de la inocencia