Crónicas marcianas de Ray Bradbury
La nave vino del espacio. Vino de las estrellas, y las velocidades negras, y los movimientos brillantes, y los silenciosos abismos del espacio....
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Crónicas marcianas de Ray Bradbury
La nave vino del espacio. Vino de las estrellas, y las velocidades negras, y los movimientos brillantes, y los silenciosos abismos del espacio....
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Crónicas marcianas de Ray Bradbury
“Los hombres de la tierra llegaron a Marte. Llegaron porque tenían miedo o porque no lo tenían, porque eran felices o desdichados, porque se sentían como los Peregrinos o porque no se sentían como los Peregrinos. Cada uno de ellos tenía una razón diferente.”
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Otras crónicas marcianas de Ray Bradbury
Nada detendría el miedo. Lo tenía en la garganta y en el corazón. Le goteaba por el brazo y la sien y la temblorosa palma de la mano.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
La lluvia continuaba. Era una lluvia dura, una lluvia constante, una lluvia minuciosa, opresiva. Era un chisporroteo, una catarata, un latigazo en los ojos, una resaca en los tobillos. Era una lluvia que ahogaba todas las lluvias, y hasta el recuerdo de las otras lluvias. Caía a golpes, en toneladas; entraba como hachazos en la selva y seccionaba los árboles y cortaba las hierbas y horadaba los suelos y deshacía las zarzas.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
No. No ver otros lugares. Estar entre ellos. [...] Se trataba ante todo del espacio, tanto espacio. Me atraía la idea de esa nada arriba y esa nada abajo, y esa nada entre ellas, y yo en medio de la nada. [...] En cada uno de esos días hay un yo diferente, alguien a quien no conoces, o no comprendes, o no quieres comprender.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
Voces de niños extraviados en una noche fría. [..] Caían. Caían como guijarros en un pozo. Se alejaban como piedras lanzadas por una catapulta gigante. Y ahora, en vez de hombres eran solo voces… voces incorpóreas y desapasionadas, con distintos grados de terror y de resignación.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
El cohete se alzaba blanco y enorme en medio del depósito, y reflejaba la blancura de la luna y el azul de las estrellas. Bodoni lo miraba con amor. Sentía deseos de acariciarlo y abrazarlo, y apretar la cara contra el metal, contarle sus anhelos más secretos.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
El espacio –pensó Ettil–. Henos aquí, rodando entre las tintas negras y las luces rosadas del espacio, en una cacerola.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
Y pude sentir el olor de la luna blanca como la leche y la dureza de las estrellas.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
Aquí estamos –pensó Susan–. ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos? ¿Qué tememos? Comienza por el principio.
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El hombre ilustrado de Ray Bradbury
¿Cuál es en verdad la coreografía con que engaño a la muerte? Un cuento tras cuento, El Hombre Ilustrado esconde metáforas a punto de explotar. En la mayoría de los casos ni siquiera sé qué metáforas esperan para imprimirse delante de mi retina. (Prólogo del autor)
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Fahrenheit 451 de Ray Bradbury
No eres como los demás. Y he visto a muchos, los conozco. Cuando hablo tú me miras. Anoche, cuando dije algo acerca de la luna, tú miraste hacia la luna. Los demás nunca harían algo así. Los demás me dejarían hablando sola o me amenazarían. Ahora nadie tiene tiempo para nadie.
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Fahrenheit 451 de Ray Bradbury
No conviene que nos dejen en paz. Conviene que nos molesten de vez en cuando. ¿Cuánto tiempo hace que no te molesta algo? Algo importante, algo de verdad.
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Fahrenheit 451 de Ray Bradbury
El televisor es real. Es inmediato, tiene dimensión.Te dice lo que debes pensar y te lo dice a gritos. Ha de tener razón. Parece tenerla. Te hostigan tan apremiantemente para que aceptes tu propias conclusiones, que tu mente no tiene tiempo para protestar, para gritar: Que tontería!!!
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Fahrenheit 451 de Ray Bradbury
La magia solo está en lo que dicen los libros, en como unían los diversos aspectos del Universo hasta formar un conjunto para nosotros.
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Crónicas marcianas de Ray Bradbury
Porque casi todos se sentían enfermos aun antes que el cohete dejara la Tierra. Y a esta enfermedad la llamaban soledad
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Crónicas marcianas de Ray Bradbury
¿Quién desea ver el futuro? ¿Quién ha podido desearlo alguna vez? Un hombre puede enfrentarse con el pasado, pero pensar… Admitamos nuestro desacuerdo. ¿Qué importa quién es el pasado o el futuro, si ambos estamos vivos? Lo que ha de suceder sucederá, mañana o dentro de diez mil años.
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El árbol de las brujas de Ray Bradbury
"Oh, señor Mortajosario, ¿dejaremos de tenerles miedo alguna vez a la noche y a la muerte? Y el pensamiento volvió: Cuando lleguéis a las estrellas, muchacho, si, y viváis para siempre allí, todos los miedos desaparecerán, y la Muerte misma morirá." |
Crónicas marcianas de Ray Bradbury
Esta noche había en el aire un olor a tiempo. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relejes, la gente. ¿y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche, esta noche casi se podía tocar el tiempo
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Fahrenheit 451 (Novela gráfica) de Ray Bradbury
Llénate los ojos de asombro, vive como si fueras a morir en los próximos diez segundos. Observa el universo. Es más fantástico que cualquier sueño construido o pagado en una fábrica. No pidas garantías, no pidas seguridad, nunca hubo un animal semejante. Y si alguna vez lo hubo, debe ser pariente del perezoso, que se pasa los días cabeza abajo, colgado de una rama, durmiendo toda la vida. Al diablo con eso... Sacude el árbol, y que el perezoso caiga de cabeza.
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¿En qué año se publicó?