Raúl Cota Álvarez
, fue lo último que dijo y contoneando las caderas se marchó. Permanecí inmóvil, muda, con la cara roja de vergüenza y de coraje. Han pasado dos días desde mi fracaso con Elenita, pero para mi suerte cuento con un plan B: le agregué una buena dosis de toloache al pastel. |