El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares de Ransom Riggs
No había modo de escapar de los monstruos, ni siquiera en aquella isla, que en el mapa apenas era más grande que un gramo de arena, protegida por montañas de niebla, rocas afiladas y mareas furiosas. No era posible en ninguna parte. Ésa era la horrible verdad de la que mi abuelo había intentado protegerme.
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