Todos estamos hechos de estrellas de ROWAN COLEMAN
Miro a las familias reunidas aquí esta noche, por cortesía de la Muerte y el acordeón y percibo todas esas horas de desvelo y de angustia oscilante, pero sobre todo advierto una especie de optimismo. La sensación de que la vida no es tan mala si puede ser así, como durante estos instantes de rara perfección, aunque sea fugazmente
|