Los hundidos y los salvados de Primo Levi
Pocos son los países que pueden garantizar su inmunidad a una futura marea de violencia, engendrada por la intolerancia, por la libido de poder, por razones económicas, por el fanatismo religioso o político o por los conflictos raciales. Es necesario, por consiguiente, afinar nuestros sentidos, desconfiar de los profetas, de quienes dicen y escriben "grandes palabras" que no se apoyen en buenas razones.
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