El cuaderno de la ausencia de Pío Caro-Baroja
Trato de reconstruir tu aroma a través de un recuerdo, de un momento de la niñez en que te pregunté de dónde habías sacado ese olor tan agradable e indescriptible al que sólo tú olías y que yo también quería para mí. Me dijiste que te habías sentado en una piedra y que su olor se quedó para siempre incrustado en tu cuerpo.
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