Un refugio perfecto de Pilar Cabero
Miró al cielo, cuajado de estrellas, antes de apretar la mandíbula con rabia. Las constelaciones ya no le daban sosiego.
|
Un refugio perfecto de Pilar Cabero
Miró al cielo, cuajado de estrellas, antes de apretar la mandíbula con rabia. Las constelaciones ya no le daban sosiego.
|