El huerto de una holgazana: Confesiones de una aprendiz de Pia Pera
Cultivar un huerto implica, pues, delimitar, seleccionar, proteger; en una palabra, oponerse al asilvestramiento, a la vuelta al llamado estado natural. el huerto es un producto de la civilización. Luego, cada cual plasma en la tierra su historia. Si el jardín fuera un lienzo en el que pintar, el huerto fue una especie de infolio dividido en cuatro parcelas, o cuartillas, que no tardaron en conformar páginas, donde cada hilera o línea tendría su sintaxis, puntuación, párrafos y puntos y aparte. En esas cuatro páginas el objetivo era declinar una lengua aún desconocida, con un esfuerzo no menor al de un adulto analfabeto que aprende a leer y escribir. Tenía que aprender a no correr la tinta, a hacer líneas rectas, a separar bien las palabras, y también a entender cuáles se combinaban con otras, es decir, la técnica del policultivo. No podía actuar sin ton ni son, como no cabe esperar que nos comprendan si para escribir prescindimos de las relas de la ortografía, la sintaxis y la gramática. Era necesario planificar, decidir qué hortalizas cultivaría y dónde, en qué orden, con qué policultivos y qué rotaciones. + Leer más |