Philippe Claudel
Las palabras de la canción se burlan del tiempo, del lugar y de la edad. Gracias a ellas, es fácil volver a dónde se ha nacido, a donde se ha vivido, a la casa de bambú con suelo calado, impregnada del olor de la leña en que se cuece la comida mientras la lluvia derrama su líquida y transparente cabellera sobre la techumbre de las hojas.
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