El reloj mecánico de Philip Pullman
Tocó el lateral de una figura con una túnica pintada y sus dedos exploraron el rostro hasta que se dio cuenta de que era la calavera de la Muerte. También apartó las manos al momento. Cuanto más subía, más ruido hacía el reloj: un tic y un tac, un clic y un clac, un crujido, un zumbido, un traqueteo… |