Fluyan mis lágrimas, dijo el policía de Philip K. Dick
Tenía la impresión de encontrarse ante un semáforo con las luces roja, verde y ámbar encendidas al mismo tiempo: no era posible ninguna respuesta racional. Y ello era debido a la irracionalidad de Kathy. El terrible poder, pensó, de lo ilógico. De los arquetipos. Operando desde las pavorosas profundidades del inconsciente colectivo que les unía a ella y a él… y a todos los demás. Atados con un lazo que no podría ser deshecho mientras vivieran.
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