El hombre en el castillo de Philip K. Dick
Juliana pensó: ¿No se tiró Diesel por el ojo de buey de un camarote? ¿No se suicidó arrojándose al mar en un viaje? Quizá yo debería hacer lo mismo. Pero aquí no hay mar. Aunque hay siempre un modo. Como en Shakespeare. Un alfiler que se clava atravesando la blusa, y adiós Frink.
|