El Rey De Los Tejones de Philip Hensher
El mundo padecía una desagradable abundancia de noticias sin que nadie atendiera o compartiera su padecimiento. Nadie sabía que se experimentaba al viajar del escenario de un tiroteo al del secuestro de una niña, sentado en un compartimento de primera clase sin oír más anuncios que los de bebidas calientes y frías, tentempiés y refrigerios del bar.
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