Invierno en Viena de Petra Hartlieb
Había nevado toda la noche. Copos gruesos e incesantes. Aún estaba oscuro cuando sonó el despertador de Marie, pero era una oscuridad distinta a la habitual, en cierta forma más suave y templada. No se oía ruido alguno. Hacía un frío húmedo en su pequeño cuarto, y Marie decidió permanecer acostada cinco minutos más bajo el cálido edredón.
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