Botones y vergüenza de Penelope Sky
Sabía que lo que estaba haciendo era incorrecto, pero aquello no me impedía hacerlo. Mi necesidad de poseerla anulaba mi buena conciencia. Mi única justificación era el hecho de que yo no era tan malo como Tristan y el resto de sus hombres. No la mataría de hambre, ni la haría sangrar sólo porque sí. Aquel no era mi estilo. |