Su cereza de Penelope Bloom
No tenía un corte de pelo definido, ni lo llevaba con un estilo concreto, pero esa falta de estilo era precisamente lo que aumentaba su atractivo y parecía proclamar: «No necesito peine ni productos capilares con la cara y el cuerpo que hay debajo». Desde mi punto de vista, no podía estar más de acuerdo. Claro que jamás mantendría una discusión con el pelo de otra persona. No en voz alta, al menos.
|