Un lobo dentro de Pedro Mañas
Así es como comienza todo, y no como en las películas. Como un juego inocente que se desboca hasta que deja de ser un juego. Una broma, una burla, un mote, un rumor, un mensaje anónimo, una amenaza, un golpe, una paliza. Un escarabajo diminuto que se nutre del silencio de todos y del que crece un monstruo del que nadie se siente responsable. Un monstruo que puede ser cualquiera. Que puede ser, incluso, una víctima más.
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