Escrito en el agua de
Paula Hawkins
Frente a la entrada, imágenes de la Poza de las Ahogadas. Una tras otra, desde todos los ángulos y todas las perspectivas posibles: pálido y cubierto de hielo en invierno, con el acantilado negro y severo; o centelleante en verano, convertido en un oasis exuberante y verde; o apagado y silíceo, con nubes grises de tormenta en el cielo. Montones de imágenes que terminaban fundiéndose en una sola y que suponían un mareante asalto a los ojos. Me he sentido como si estuviera ahí, en ese lugar, como si me encontrara mirando al agua desde lo alto del acantilado, percibiendo ese terrible estremecimiento, la tentación del olvido.