El brillo de las luciérnagas de Paul Pen
—¿Y cómo se me quitó? —Como se quitan todos los miedos —contestó. Se levantó y se dirigió a la puerta de la habitación. Allí colocó un dedo sobre el interruptor y añadió—: Enfrentándote a él. Apagó la luz. El bebé empezó a llorar. |