La cámara del monarca de Patricia García-Rojo
"En la batalla, el júbilo es tan peligroso como el pánico".
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La cámara del monarca de Patricia García-Rojo
"En la batalla, el júbilo es tan peligroso como el pánico".
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La cámara del monarca de Patricia García-Rojo
"El amor no produce pesadillas ni es el epicentro de la pena".
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La cámara del monarca de Patricia García-Rojo
"Porque tu único dueño eres tú. Y si no puedes entender eso, no puedes entender nada".
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La cámara del monarca de Patricia García-Rojo
"-Kate sin apellido-le dice al separarse, como una promesa-por ti morirían ejércitos. -Pero tú no-sonríe Kate sin rencor". |
La cámara del monarca de Patricia García-Rojo
"El bien y la justicia son buenos objetivos, pero no pueden alcanzarse sin templanza y equilibrio, lo que a veces exige flexibilidad. El fin nunca justifica los medios, jovencito".
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
"Cuando llega el dolor, el espíritu se fortalece" (página 342)
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
África se acorta en el horizonte. Hace un día despejado que permite ver con claridad los perfiles de los Atlas, orgullosos, en el otro continente. Están tan cerca que es fácil comprender el deseo de cruzar el mar para alcanzar una vida mejor. Ese es el peligro del estrecho, del Mediterráneo: sus olas rompen tímidas en la orilla, pero su fondo es una tumba.
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
Comer no es solo tragar, también es oler y ver, incluso escuchar
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
-Te he capturado, sí -acepta sin inmutarse-. En nuestra sociedad no está permitido vagabundear sin familia. Nuestros lazos son los que nos hacen poderosos. ¿Crees que el reclamo es algo odioso? Has vivido como una sombra y yo voy a sacarte a la luz. Dentro de un año llorarás si amenazo con abandonarte
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
Ahora es otra cosa, todavía no sabe muy bien el qué, pero está comenzando a comprenderlo. Ya no es la sombra que se mueve por las ciudades, ocultándose; no es la muchacha cortante y decidida que mantenía un cerco de seguridad con los humanos; ni siquiera es la eficiente sobrina de Mateo. Con esa ropa, en ese cuarto, Kate es alguien nuevo que no le gusta demasiado.
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
Kate lo besa, pero no ya con la urgencia del principio, no con la sed incontrolable. Lo besa como deberían hacerlo los que se aman.
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
Óliver se adelanta para entrar en el despacho y, cuando se cruzan, busca la mano de Kate para acariciarle los dedos. Es un gesto cómplice, sencillo, que hace que su corazón aumente el ritmo de sus latidos.
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El asesino de Alfas de Patricia García-Rojo
Te lo dije el día que llegaste y te lo repito ahora: si dentro de un año decido abandonarte, rogarás de rodillas que te acoja. Vives con tus sentidos constantemente contenidos, manteniendo tu corazón humano a fuerza de costumbre. Crees que luchar como un Alfa es lo único que puede aportarte haber nacido como preceptora. No tienes ni idea de nada. Cuando tengas mis años y mires hacia atrás, descubrirás que has sido ridícula.
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Color verde ladrón de Patricia García-Rojo
El profe Ramón dice que con la poesía puedes entender un poco lo que te dé la gana.
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Las once vidas de Uria-ha de Patricia García-Rojo
Uria-ha supo que iba a llevar esa frase consigo durante mucho tiempo, aunque le resultase odiosa. Él, mejor que nadie, sabía lo que significaban sus diez vidas, pero jamás se le hubiese ocurrida definirlas como «esa mierda». Su existencia era épica, eterna, vengativa, pasional, sincera, cruda. «Esa mierda» le parecía una denominación pobre e injusta.
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¿Con qué frase empieza esta novela?