Tierra del Fuego de Pascal Engman
Ya antes del golpe militar de 1973, los inmigrantes habían sido recibidos con ilusión y habían sido protegidos por los políticos locales, los altos mandos policiales, la iglesia católica y el tejido industrial chileno. Pero a partir de la llegada al poder del general Pinochet el flujo de alemanes fue en aumento. Colonia Rhein y Colonia Dignidad se convirtieron en centros de tortura y fabricas de armas, financiados y protegidos por la dictadura. En los laboratorios se experimentaba con armas químicas: en Colonia Rhein todavía había contenedores enterrados llenos de gas sarín. Mientras que el otro enclave alemán, Colonia Dignidad, había implosionado desde que su gobernador había sido condenado por abusos a menores chilenos, Colonia Rhein había sobrevivido y se había adaptado a los nuevos tiempos. […] Los alemanes generaron miles de puestos de empleo. Y por esa razón los políticos dejaron que hiciera la suya, siempre y cuando pagaran sus impuestos y contribuyeran a mantener el empleo. |