La cría de Pablo Rivero
"No soportaba a su marido por meterle esas ideas en la cabeza. Había conseguido crear un miedo absurdo que se había manifestado hasta en sueños. Eso no podía ser sano, la estaba manipulando. Cada día le sobraba más. Le pesaba. Necesitaba un hombre como el señor Urdanegui. Alguien elegante, misterioso y con poder. No le importaba su edad, él haría realidad todos sus sueños. Al día siguiente, cuando se enteró de lo que había ocurrido, supo que jamás se perdonaría que ese pensamiento hubiera rondado por su cabeza la última noche que vio a su marido con vida."
|