Siempre he tenido la sensación ( los puristas se van a echar las manos a la cabeza) que los sonetos ( poema de 14 versos endecasilabos en su forma más habitual) son cárceles para las musas.
No niego la belleza matemática de la métrica, ni su dificultad, pero cuando hablamos de amor, prefiero la asonante libertad.
Algo suelto habia leido del neruda poeta ( no hay otro neruda que me interese) y estos cien sonetos mi primera obra completa.
Excepcional. Pablo es un genio del corsé, aun cuando es inevitable la repetición en estos cien sonetos dedicados a matilde urrutia. ( su gran amor? No creo, su gran amor fue el mismo)
Igual que no se me ocurriría beberme una botella del mejor whisky gran reserva del tirón, la colección de estos sonetos ha de consumirse poco a poco, 2, 3 poemas al día es sabor, a partir de ahí una carisma borrachera.
A un inculto hereje ( poeticamente hablando o bueno, en general) amante del verso oscuro y distorsionado la "blancura" de este padrazo ( de la poesía, entiendaseme bien) podría parecerme demasiado azucarada y sin embargo, prima la belleza, y me rindo ante su capacidad, su elegancia y su quirúrgica precisión.
Pablito tiene el don de la palabra exacta, en el momento preciso, para cada beso, para cada aliento, para cada herida o satisfacción, no me extraña que se ganará tan bien la vida en asuntos de faldas y corazón.
La poesia del chileno es literatura llevada al extremo, más allá no hay nada, agujeros negros.
Y a pesar de ser mi antagonista ( yo me ganaba la vida sin promesas, y por mis silencios) no puedo negar la mayor.
Sentirme transportado en lo " blanco" no es para mi reparador, pero si curioso y refrescante.
En boines se diría...
Neruda escribe como la madre que lo parió!
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