Pablo Neruda
Aquel cuento decía... Pero por qué te busco, por qué te busco tanto! He cruzado los yermos, he mojado con llanto mi difunta alegría, y por qué amada mía, por qué te busco tanto? He atravesado llantos, montes y trigaladas por buscar el tesoro de tus manos de seda y tus trenzas de oro... (Yo conocí tus trenzas y tus manos un día porque el cuento decía...) |