Las horas derramadas de Pablo Di Marco
Las décadas pueden escurrírsenos secas y anodinas entre nuestros dedos, Gabriel. Sin embargo, en contadas ocasiones, la vida nos consagra con un haz de luz, porque nos cree merecedores de él. O simplemente porque desea saber qué somos capaces de hacer con un retazo de gracia en nuestras manos.
|