El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
No hay un Holocausto de seis millones, sino seis millones de holocaustos individuales, cada uno diferente del otro, cada uno con su propio sufrimiento, sus propios medios y sus propias cicatrices.
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
No hay un Holocausto de seis millones, sino seis millones de holocaustos individuales, cada uno diferente del otro, cada uno con su propio sufrimiento, sus propios medios y sus propias cicatrices.
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
No hay accidentes en nuestras vidas, porque los acontecimientos son el resultado de todo lo que nos ha ocurrido antes, y lo que sea que nos suceda tiene que ocurrir y no puede evitarse. Yo me resistía a recuperar los diarios de Alex Ehren porque era reacio a afrontar mi propio pasado. La mente humana almacena el dolor en sus sótanos y yo no quería ni siquiera tener la llave de las habitaciones que había cerrado y olvidado. Y aun así los documentos consiguieron alcanzarme del modo y en el lugar que menos me podía imaginar.
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
Quizá en un mundo de locos nuestra ingenuidad sea la razón. No les pegamos y no hacemos que los niños tengan miedo. No les hablamos del futuro; vivimos solo el aquí y el ahora. Hacemos una isla en el mar. Fingimos que no estamos en el campo. Les hacemos olvidar la chimenea, el hambre y a los alemanes. Creamos un mundo de fantasía.
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
No hay accidentes en nuestras vidas, porque los acontecimientos son el resultado de todo lo que nos ha ocurrido antes, y lo que sea que nos suceda tiene que ocurrir y no puede evitarse. Yo me resistía a recuperar los diarios de Alex Ehren porque era reacio a afrontar mi propio pasado. La mente humana almacena el dolor en sus sótanos y yo no quería ni siquiera tener la llave de las habitaciones que había cerrado y olvidado.
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
No era solo una marea que iba y venía; no era un golpe o un desastre repentino, ni la muerte de un ser querido, sino la exposición continua a la muerte, en al que a una mañana de horror le seguía una noche con miedos aún peores.
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
Porque soy un hombre separado del resto de la humanidad, solo capaz de querer, de odiar y de sentir de forma parcial.
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
Entonces, si un hombre muere al exponerse a la luz pura, ¿no perderá su alma tras experimentar el mal absoluto?
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El maestro de Auschwitz de Otto B. Kraus
No hay un holocausto de seis millones, si no seis millones de holocaustos individuales, cada uno diferente del otro, cada uno con su propio sufrimiento y sus propias cicatrices
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Es un retelling de...