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Un barroco de trinchera. Cartas (1977-1986) de Osvaldo Baigorria
Creo que su espiritualidad fue ante todo el éxtasis sin cilicios de la experiencia poética en alianza con la percepción alterada por las libaciones rituales. El contagio intelectual y vivencial del cuerpo místico y el cuerpo sin órganos. El anhelo de una experiencia intensiva de transustanciación donde se rompen las barreras corporales e identitarias, [...], aquello que conecta la flor de la agitación micropolítica con la liana amazónica desde la cual realiza su zambullida final en los ríos del misticismo tropical.
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