El fin de los libros de Octave Uzanne
Los libros deben desaparecer o engullirnos. He calculado que se publican en todo el mundo entre ochenta y cien millones de títulos al año, de los que se imprimen de media mil ejemplares, lo cual nos da una cifra de más de cien millones de ejemplares, cuya mayoría no contiene más que grandes extravagancias y absurdas quimeras, y no sirven más que para expandir prejuicios y errores. Debido a nuestro estado social, estamos obligados a escuchar cada día buen número de tonterías; una más, una menos, tampoco representa ningún cambio excesivo de sufrimiento, pero, ¡qué placer sería no tener que leer y poder al fin cerrar los ojos ante la nada de lo impreso!
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