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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Porque la libertad, me han dicho, no es más que la distancia entre el cazador y su presa
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Calificación promedio: 5 (sobre 16 calificaciones)
/El libro que me acompaña: 'Cielo nocturno con heridas de fuego', de Ocean Vuong por Brenda Navarro, escritora mexicana autora de Casas vacías (Sexto Piso): Considero que Cielo nocturno con heridas de fuego es esencial en mi biblioteca. Es un libro que me ha hecho sentir que como lectora vale la pena seguir leyendo. https://www.youtube.com/watch?v=Mni8TdYZ_1Y&feature=emb_title
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Porque la libertad, me han dicho, no es más que la distancia entre el cazador y su presa
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
¿Te acuerdas del día más feliz de tu vida? ¿Y que dirías del más triste? ¿Te preguntas alguna vez si la tristeza y la felicidad pueden combinarse, a fin de componer un hondo sentimiento purpúreo que no sea bueno ni malo sino insólito, sencillamente porque no tendrías que vivir en un lado o en el otro?
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Vivir, entonces, es una cuestión de tiempo, de momento oportuno
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
¿Alguna vez has dibujado una escena –me dijiste, mientras rellenabas una casa de Thomas Kinkade–, y luego te has puesto a ti dentro? ¿Alguna vez te has visto por detrás, metiéndote más lejos y más hondo en el paisaje, alejándote de ti? ¿Cómo explicarte que eso que estabas describiendo era la escritura? ¿Cómo explicar que, después de todo, estamos tan cerca; que las sombras de nuestras manos, en dos páginas diferentes, se funden? |
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Corro a través del campo como si mi precipicio no se hubiera escrito nunca en esta historia, como si yo no fuera más pesado que las palabras de mi nombre. Y, como una palabra, no soporto peso alguno en este mundo, si bien sí cargo con mi propia vida. Y tiro hacia delante hasta que lo que dejo atrás se convierte exactamente en aquello hacia lo que corro, como si formara parte de una familia.
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Lo que de verdad quería decir era que un monstruo no es algo tan terrible. Viene de la raíz latina monstrum, mensajero divino de la catástrofe, luego fue adaptado por el francés antiguo para referirse a un animal de una miríada de orígenes: centauro, grifo, sátiro. Ser un monstruo es ser una señal híbrida, un faro: a un tiempo refugio y advertencia.
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
A una flor solo la vemos hacia el final de su vida, cuando acaba de florecer y va camino ya de convertirse en papel de estraza. Y quizá todos los nombres no son sino espejismos. Cuántas veces nombramos algo por su forma más breve... Rosal, lluvia, mariposa, tortuga mordedora, pelotón de fusilamiento, niñez, muerte, lengua materna, tú, yo.
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Toda libertad es relativa, tú lo sabes muy bien, y a veces no es libertad en absoluto sino simplemente la jaula que se hace más grande, y los barrotes se distancian pero siguen allí, como cuando se libera a animales salvajes en reservas naturales solo para mantenerlos dentro de lindes más grandes. Pero yo acepté ese ensanchamiento, de todas formas. Porque a veces basta con no ver los barrotes.
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Es como cuando lo único que has estado viendo ante ti es un precipicio, y entonces, de la nada, aparece un puente brillante, y lo recorres a la carrera por mucho que sepas que al otro lado, tarde o temprano, te espera otro precipicio. ¿Y si mi tristeza es en realidad mi más brutal maestra? Y su lección es siempre la misma: Tú no tienes que ser como los bisontes: tú puedes pararte.
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En la Tierra somos fugazmente grandiosos de Ocean Vuong
Con suerte, es por el final de la frase por donde podríamos empezar. Con suerte, algo se nos transfiere del pasado al hoy, otro alfabeto escrito en la sangre, en el nervio, en la neurona; los antepasados cargan a su progenie con la fuerza callada que impulsa el vuelo hacia el sur, enfilando hacia el lugar del relato del que nadie parecía destinado a sobrevivir.
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¿Quién escribió "Una habitación propia" en 1929?