Esa locura llamada amor de Nuria Rivera
-Querida, un esposo no quiere una mujer inculta. El dinero no lo suple todo. Escucha bien, y usted, mademoiselle. -Había escondido la cara en el libro, pero aquella llamada iba dedicada a ella-. Ahora que su tía no me oye, ella tiene otros valores. A un hombre se lo atrae, y se lo conserva por algo más que unos votos matrimoniales. Lean, ilústrense y luego dejen que su cuerpo hable por ustedes. Dejen fuera del lecho los remilgos.
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