Un arte espectral de Norman Mailer
La obsesión es una dosis desperdiciada. La memoria, cuando puede librarse de la obsesión, es un almacén que ofrece esencias del pasado, capaces de digerir la mayoría de los problema del presente. La memoria es incluso la libido del ego, que endulza las exigencias ásperas de la voluntad cuando la memoria es, sí, buena,
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