Un arte espectral de Norman Mailer
Escribir también puede ser un modo de usar una presencia grande e incómoda en ti mismo. Es muy difundido, por ejemplo, que los pronógrafos terminan siendo impotentes. Es probable que se trate de un mito con cierta proporción de previsibilidad. Si trabajas duro con un músculo, tiende a desarrollarse; trabajado en exceso, puede romperse. Creo que a veces pasa lo mismo con la imaginación. Si la fuerzas demasiado, puede dejar de entregar algo. Escribimos novelas a partir de dos impulsos primordiales (además de ganar dinero y el deseo de ser famoso). Uno es comprendernos a nosotros mismos y el otro presentar lo que sabemos de los demás. Desde luego, a menudo es imposible comprender a otro a menos que haya sondeado el fondo de algunas preocupaciones en uno mismo. Por eso es que el escritor siempre corre el riesgo de usar su talento para la terapia, lo cual puede estar más cerca de la inanición que del arte.
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