Una sola muerte numerosa de Nora Strejilevich
Tenía claro que iba a empezar a hablar desde el preciso instante en que pasara la puerta de ahí. Y fue lo que hice. Desde que salí empecé a hablar. Y hablé, hablé sin parar, hasta hoy. […] Eso era lo que yo hubiera querido que hicieran por mí cuando estaba adentro. Por eso nunca dejé de tener ganas de hablar
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