Zorras de Noemí Casquet
Escribir, dejar que las letras salgan, se peleen entre ellas, fluyan impresas en unas hojas de papel mal encajadas. En las letras encuentro la palabra y en la palabra, el camino. Odio escribir casi tanto como lo amo. Una relación de esas que acaban en portazo, pero que minutos más tarde... toc, toc. Vuelves a escribir, dejas entrar. No sabría vivir sin eso, el mayor de mis vicios, de mis desperdicios. Lo que soy, lo que dije ser, lo que un día fui y lo que nunca seré están aquí, bajo una remota posibilidad de existencia en una realidad paralela maquetada con pegamento y papel. Y vuelvo a empezar, cargada de ficción, de posibilidades, de oportunidades. Ese portazo, el mismo final ya conocido. No sé cuándo fue la primera vez que conecté con la escritura. Tampoco sé cuándo será la última. Pero qué más da si lo que hay, si lo que es, lo tengo a un clic de mis dedos.
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