Besos robados de Noelia Amarillo
¿Me sonríes con la boca a la vez que me matas con los ojos? Decídete, Blancanieves o me quieres, o me odias, las dos a la vez no, por favor.
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Besos robados de Noelia Amarillo
¿Me sonríes con la boca a la vez que me matas con los ojos? Decídete, Blancanieves o me quieres, o me odias, las dos a la vez no, por favor.
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Besos robados de Noelia Amarillo
Pero, claro, Cristina no era una mujer normal. Al contrario, era una complicada mezcla de claros y sombras en la que la realidad se confundía con la fantasía y las mentiras parecían ser verdad. Una mujer capaz de inventar el más imposible de los cuentos y convertir lo imposible en posible.
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Besos robados de Noelia Amarillo
Además, no era como si ella soñara con un amor como los que vivían los protagonistas de sus novelas. Ese tipo de amor no existía. De hecho, ningún tipo de amor existía. La atracción y el amor sólo eran reacciones químicas provocadas por la liberación de dopamina en el cerebro, las cuales alteraban la percepción de las personas. Y ella ya tenía bastantes problemas con el autocontrol como para permitir que una emoción creada por su problemático cerebro la alterase más todavía.
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Besos robados de Noelia Amarillo
Sí, ella siempre mantenía sus emociones bajo llave. Jamás se mostraba enfadada, alterada o asustada; sólo encantadora, voluntariosa y afable. Nunca protestaba ni rechazaba nada. Ya fuera una caricia, un trabajo o una petición, todo lo aceptaba con una sonrisa amable. Se parapetaba tras éstas y lo hacía tan bien que nadie sospechaba que eran tan forzadas como falsas. Pero no era sólo eso. Había más, mucho más escondido en esa frase. No era sólo mantener el control de sus emociones. Era mantener el control de todo. Siempre se mostraba sumisa, pero no lo era. En absoluto.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
Todo hombre se hace a si mismo. Cada segundo de su vida, cada suceso que le acontece, cada decisión que toma y cada palabra que pronuncia se mezclan y fusionan hasta convertirse en los sentimientos y principios que llenan el ánfora intangible que contiene su personalidad. De cada persona depende llenarlo de miel… o de hiel. Nadie puede pedir recompensas ni explicaciones por lo que es, ya que es él quien se ha creado a sí mismo.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
No hay mayor agonía que sentir cómo la esperanza juega con tu corazón, día a día, palabra a palabra.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
Ninguna discusión dura eternamente. La ira no es indestructible; una sola palabra puede eliminar hasta el más profundo enfado.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida. Pocas flechas se lanzan hoy en día, pero demasiadas palabras se pronuncian sin pensar y demasiadas oportunidades se pierden por falta de valor.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
¿Hay mayor regalo para el corazón que anhela que el ser correspondido por la persona anhelada?
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
Cuando una piedra cae al río crea múltiples ondas concéntricas que se expanden en él. De la misma manera, cuando alguien actúa con dignidad, amabilidad, empeño y perseverancia, a su alrededor se crean ondas de apoyo, cariño, confianza y lealtad.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
No soy lo que aparento, soy lo que escondo en mi interior. Atrévete a verme como realmente soy. Apuesta por mí.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
Hay quien dice que no existen los fantasmas. Eso es falso, convertimos en fantasmas a aquellos a los que ignoramos. Los hacemos invisibles. Aunque no lo sean. Aunque no se lo merezcan.
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Quédate a mi lado de Noelia Amarillo
Si buscas el mal en el corazón de la gente, te mereces el castigo de encontrarlo.
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La sombra de tu memoria de Noelia Amarillo
Cuando se tiene hambre, hasta el orgullo es sabrosa comida.
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No lo llames pasión de Noelia Amarillo
-Y cuando tenga el pelo canoso, las tetas caídas y la piel arrugada, ¿seguirán faltándote las palabras al mirarme? -planteó burlona, recordándose a sí misma lo nefasto que era dejarse enamorar por un hombre que sólo te apreciara por tu belleza. -No necesito mirarte para que me falten las palabras y el aliento, pero si quieres saberlo, la respuesta es sí. Da igual los años que pasen, seguiré enmudeciendo ante ti, porque para mi siempre serás tan hermosa como lo eres ahora -afirmó impidiendo que la parte baja de su cuerpo la tocara, remiso a violentarla con la evidencia de su deseo. |
No lo llames amor de Noelia Amarillo
Estoy tan harto... Tan cansado de soportar lo insoportable mientras finjo que no me molestan... ¿Por qué no pueden desaparecer todos y dejarme en paz? Son la peor calaña de la sociedad. Mezquinos ingratos que no se dan cuenta de lo bien que me porto con ellos cuando sólo merecen mi desprecio y mi condena. ¡Ojalá se mueran todos! |
No lo llames amor de Noelia Amarillo
—En realidad, no estamos saliendo, sólo nos vemos de vez en cuando para follar.
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No lo llames amor de Noelia Amarillo
—Pero, claro, cómo va a presentarme a nadie si sólo soy una maricona viejuna, feúcha y con mucha pluma que hace cuadros, mientras que él es un periodista guapísimo y jovencísimo al que no se le nota nada que es maricón. Lo raro es que esté conmigo —murmuró afligido.
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No lo llames amor de Noelia Amarillo
—A ningún hombre le importa estar casado. Si puede follar con otra, lo hace. Son todos unos cabrones —masculló Gala, llevándose la copa a los labios.
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No lo llames amor de Noelia Amarillo
—¡Oh, Dios mío! ¡Tienes un bicho en los pantalones! —Eva abrió los ojos espantada. —¿Dónde? —Adán miró sus piernas, allí no había nada. —Justo en la entrepierna. Lo he visto saltar, abultándote el pantalón —señaló ella. Él alzó la mirada, comprendiendo al fin a qué se refería. —No tengo ningún bicho en los vaqueros —afirmó enarcando una ceja. —Oh, vaya. Entonces es... —Eva abrió la boca del todo, asombrada. Él asintió orgulloso. Lo cierto era que no estaba mal dotado. —Claro, por eso no llevas calcetines..., los has usado todos para metértelos en el paquete y aparentar tener más. Mal, muy mal. |
¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?