Almas muertas: Introducción de José María Valverde. Traducción y notas de José Laín Entralgo de Nikolái Gógol
Toda la ciudad es así: una horda de malandrines que rivalizan en pillería. Son todos unos judas. Sólo hay un hombre decente: el procurador. Pero, a decir verdad, también él es un cerdo.
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