Ódiame de día, ámame de noche de Nieves Hidalgo
(…) Le parecía mentira, después de haberla odiado tanto tiempo, que ahora estuviera más cerca de ella que nunca. Lo más profundo de su ser le reclamaba que mantuviera a esa mujer a su lado, y lo más abyecto le exigía que condenara su traición.
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