El Ángel Negro de Nieves Hidalgo
(…) Suspiró, derrotado, porque sabía que ella no era ya su prisionera. Como un tonto enamorado, era él quien se había convertido en su esclavo.
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El Ángel Negro de Nieves Hidalgo
(…) Suspiró, derrotado, porque sabía que ella no era ya su prisionera. Como un tonto enamorado, era él quien se había convertido en su esclavo.
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