Pim, pam, pum... Amor de Nick Spalding
Nunca he visto a nadie sufriendo un ataque epiléptico mientras es electrocutado simultáneamente con una picana, pero fijo que sabría coordinar mejor que el pobre borrachín de Martin. El chico hace un curioso movimiento espasmódico de caderas, acompañado de una agitación de brazos como si estuviera dirigiendo el tráfico en medio de un huracán. Estoy segura de que está rompiendo como mínimo dos leyes fundamentales de la física, pero no acabo de decidirme por cuales.
|