La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
Cuando de comida se trataba, su habitual y reverencial pudor no era lo suficientemente firme como para permitirle mantener su consabida compostura y refrendar dicha obsesión.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
Cuando de comida se trataba, su habitual y reverencial pudor no era lo suficientemente firme como para permitirle mantener su consabida compostura y refrendar dicha obsesión.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
En el momento presente, la mujer de la falda violeta se encuentra en plena crisis y sufre en soledad cada minuto de sus días, sin nadie con quien compartir su dolor o a quien solicitar consejo. A fin de cuentas, no tiene ninguna amiga
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
A pesar de que a todo adulto se le supone la capacidad de dirigirse a sus congéneres con un saludo, no es del todo raro toparse con personas que no han desarrollado tan elemental destreza.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
Aunque su boca se abriera y una carcajada se escapara de ella, sus ojos no reían; en el fondo de su corazón no disfrutaba de aquel ambiente.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
No hay duda de que es mucho más censurable el acoso por parte de los compañeros que la timidez congénita.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
No hay duda de que es mucho más censurable el acoso por parte de los compañeros que la timidez congénita, pero también es cierto que ellos incapaces de ofrecer un «Buenos días» a otra persona deberían plantearse un cambio. Pero yo no soy quién para juzgar a nadie.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
Cierto era que una pasaba a cargar sobre sus propios hombros toda la responsabilidad del buen resultado del trabajo, pero más fuerte que la presión por dicha responsabilidad era el sentimiento de libertad obtenido a cambio.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
Hay en mi barrio una mujer a la que todo el mundo conoce como la mujer de la falda violeta. Evidentemente, tal sobrenombre responde al hecho de que nadie ha visto nunca vistiendo una falda de cualquier otro color.
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La mujer de la falda violeta de Natsuko Imamura
Era como si, cuanto más cotilleos hubiera sobre ella, más fuerte se hiciera el lazo el lazo de unión entre el resto de las trabajadoras
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?