Nathalia Tórtora
Aquella mañana en particular, una suave llovizna tejía dibujos abstractos entre las grietas de las veredas. Era sin duda un día diferente que preludiaba un cambio, una rotura en la monotonía del purgatorio. Él lo sabía.
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Nathalia Tórtora
Aquella mañana en particular, una suave llovizna tejía dibujos abstractos entre las grietas de las veredas. Era sin duda un día diferente que preludiaba un cambio, una rotura en la monotonía del purgatorio. Él lo sabía.
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Entrégate al océano de Nathalia Tórtora
¿Somos egoístas por preocuparnos nada más por ser felices y vivir con tranquilidad?
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Entrégate al océano de Nathalia Tórtora
Todos luchamos de una forma u otra, ya sea contra lo que nos rodea o contra los demonios en nuestro propio interior
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Entrégate al océano de Nathalia Tórtora
Somos las hijas y las hermanas que sobraban. Somos las esposas insuficientes. Somos los despojos del pasado. Somos lo que dejaron de nosotras, los juguetes rotos desechados
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Entrégate al océano de Nathalia Tórtora
Hay pasajes de mi vida que omito deliberadamente. Los ignoro. Finjo que no están allí porque, si tengo que fallecer, desearía poder hacerlo con una sonrisa
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Dr. Blanco Rivera de Nathalia Tórtora
Una novela que me ha gustado muchísimo y debo admitir que me duro tan solo un día y medio... Es una historia que me engancho desde el primer momento y la intriga de que iba a suceder se mantuvo en toda la historia. Me ha encantado el mundo que creo la autora tanto del Dr. Blanco Rivera (Niavasha) cómo del Maestro y Nebertcherheh, sus inicios y su manera de comunicarse (en un lenguaje antiguo y mentalmente). Tanto los personajes principales como secundarios me han gustado mucho, están muy bien armados y como se van relacionando entre si. Una historia muy entretenida con una narración concisa, los detalles están muy bien cuidado y las imágenes que acompañan la historia me han gustado muchísimo. Por último: a pesar de que no haya mucha descripciones de los personajes y que el final fue un poco apresurado me ha gustado mucho. Espero que un futuro no muy lejano tener este libro en físico. |
Dr. Blanco Rivera de Nathalia Tórtora
El único profesional capaz de ponerle fin a la matanza era uno de los que la impartía: el doctor Blanco Rivera, hacedor de tragedias.
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Purgatorio de Nathalia Tórtora
—¿Me estás diciendo que existen otras ciudades que se llaman, no sé, México, España, Noruega y Japón? —preguntó la pelirroja. —Posiblemente. —¡Qué ridículos que son! Al menos podrían haberle dado un nombre más místico, no sé, algo como “Ciudad de los sueños olvidados” —sugirió Anahí. |
Nathalia Tórtora
Luchar contra el temperamento de Anahí era como intentar contener un huracán en un frasco de mayonesa.
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Nathalia Tórtora
Él la observaba con la misma curiosidad con la que podría intentar comprender una obra de arte abstracto: se preguntaba el significado, pero estaba rendido ante la imposibilidad de hallar coherencia alguna en lo que tenía frente a sí.
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Nathalia Tórtora
Pero si traicionás mi confianza, voy a dejar de ser tu protector y me convertiré en tu carcelero.
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Nathalia Tórtora
Con lluvia arribó, con lluvia se marchaba. Y con el amargo sabor a soledad que la acompañó durante aquellos tres días, Anahí dobló en una esquina y se esfumó. Su tiempo se había acabado.
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Nathalia Tórtora
Era un paisaje sin fecha y sin forma, carecía de estacionalidad; sin calor ni frío, todo a medias. De vez en cuando algo ocurría, una tormenta o un ventarrón que desencajaba con el pálido equilibrio del purgatorio. Algo como Anahí.
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Nathalia Tórtora
Como una ráfaga de viento salvaje, en tan solo un instante ella dejó de ser, de estar. Abandonó Buenos Aires sin despedidas ni equipaje.
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Purgatorio de Nathalia Tórtora
Estaba sola, sola y perdida en una ciudad que rechazaba su presencia.
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Nathalia Tórtora
Odiaba la oscuridad, le molestaba casi tanto como le aterraba. Se sentía indefensa; era un temor que la mayor parte de las personas abandona al crecer. Pero ella no podía. Le asustaba el no saber, el no comprender. Y la oscuridad era el epítome del desconocimiento. En la oscuridad, las fronteras del tiempo y el espacio se difuminan hasta desaparecer.
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Nathalia Tórtora
No hay remedio que cure los recuerdos; eso de que el tiempo sana las heridas, es el consuelo de los optimistas
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Purgatorio: La decadencia de un sueño de Nathalia Tórtora
Anahí tenía dos grandes enemigos: la muerte y el maquillaje corrido. Aquella mañana, debió enfrentarse a ambos |
¿En qué año realizó Kubrick la adaptación de "Lolita" de Vladimir Navokov?