A un segundo de ti de Natalia Sánchez Diana
(...) lo que sus padres desconocían era que la nueva Macarena ya no perdería el tiempo con una vida ordenada y cabal. Porque eso no había impedido que se rompiera en tantas partes que se notaba llena de aristas que no dejaban de cortar y arañar, por lo que sentía que era imposible que tratara (ni siquiera) de repararse.
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