Un cuento de Navidad para Le Barroux de Natalia Sanmartin Fenollera
He soñado tanto con ella que a veces no puedo recordarla.
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Un cuento de Navidad para Le Barroux de Natalia Sanmartin Fenollera
He soñado tanto con ella que a veces no puedo recordarla.
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Un cuento de Navidad para Le Barroux de Natalia Sanmartin Fenollera
No hay que esperar a la noche para ver una estrella. Hay una estrella que se ve a la luz del día, una estrella de la mañana
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
La anciana cogió una camelia rosa pálida del suelo y comenzó a deshojarla con tristeza.
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
Decía siempre que los ángeles están en las cosas sencillas, que nunca hay ángeles donde las cosas son complicadas. Él pensaba que lo pequeño es importante.
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
Las personas que abandonan un lugar sin motivo o bien huyen de algo o buscan algo.
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
solo se puede admirar aquello que no se posee. No se admira en otro una cualidad que uno mismo tiene, se admira lo que uno no tiene y lo ve brillar en el otro en todo su esplendor.
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
Es más fácil proyectar la culpa en los ojos de los demás y defenderse de ello que encontrarla en el interior de uno mismo, donde no hay defensa posible.
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Natalia Sanmartin Fenollera
Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum. Benedicta tu in mulieribus et benedictus frutus ventris tui, Jesus
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Natalia Sanmartin Fenollera
[…] pensaba en ella, pensaba que era la mujer más guapa del mundo y que aun así había días en que no podía recordar su cara. Había soñado tanto con ella que ya no podía imaginarla.
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Natalia Sanmartin Fenollera
No hay que esperar a la noche para ver una estrella. Hay una estrella que se ve a la luz del día, una estrella de la mañana.
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Natalia Sanmartin Fenollera
Y entonces me contó algo que nadie me había contado nunca. Me dijo que morir no es como dormir y tampoco es como soñar. Morir, me dijo, es como despertar.
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
Pero, Prudencia, ¿me vas a decir ahora que ignora que San Irineo es un pequeño reducto para exiliados de la confusión y agitación modernas?
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
La observarían con curiosidad, eso lo sabía. La gente solía mirarla así, era muy cociente de ello.
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
¿Por qué parece usted tan enfadada? ¿Por qué lo compara y lo registra todo como si la vida se midiera con escuadra y cartabón? ¿Por qué tiene tanto miedo a perder su lugar, tanto temor a quedarse atrás? ¿Por qué, querida, se defiende usted tanto?
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El despertar de la señorita Prim de Natalia Sanmartin Fenollera
Mi querida señorita Prim, si se fija usted un poco se dará cuenta de que solo se puede admirar aquello que no se posee. No se admira en otro una cualidad que uno mismo tiene, se admira lo que uno no tiene y ve brillar en el otro en todo su esplendor. ¿Me sigue?
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